Pregunta #2 para el autor del blog

 

¿Tú crees que para ser escritor (críticamente aceptado) se necesite tener talento, o es algo que se aprende con el tiempo?

Hay muchos, incluyendo escritores, que opinan que es una habilidad que uno ya tiene. O lo tienes o no, según dicen muchos. Yo no estoy totalmente de acuerdo con eso por una sola razón: yo no nací con ese talento. Tenía imaginación, eso sí, pero para poder expresarlo en palabras me costó muchos años de práctica e intentos fallidos. Estoy seguro de que todas esas personas que creen que se necesita nacer con ello, si pudiesen leer mis primeros intentos y lo último que he escrito se llevarían una enorme sorpresa. 

Al menos para mí, la escritura ha sido una profesión de continua evolución. Mientras hace años solo podía escribir de una forma y en una sola categoría, ahora soy capaz de escribir casi cualquier cosa. He aprendido a transmitir las emociones, algo que en mis comienzos no sabía exactamente cómo hacer. Con talento sería mucho más fácil, por supuesto, pero para personas que no lo tienen, tienen la oportunidad de aprender a escribir. Es un proceso largo y en cierta forma difícil, pero también te sientes de maravilla por cada logro aprendido. Poder hacer algo que antes no podías es una sensación indescriptible.

Tiempo (reflexión)

A veces no comprendo la manera tan irracional en que actúa el tiempo. A veces unas horas te parecen una eternidad y otras veces los años se esfuman como si fuesen simplemente nada. Hay días que parecen iguales; uno se acostumbra a lo que ve a diario, y sin embargo, por más monótono que parezca, por más obvio que suene, ninguno de aquellos días es el mismo. La rutina puede ser la misma, pero tras ello, existen pequeñas diferencias que pueden parecer una minucia, pero el significado que conlleva es enorme. Cada uno de esos días pertenece a 24 horas de tu vida que NUNCA más volverás a repetir. Es decir, no hay una segunda oportunidad, no hay forma de volver el tiempo. Lo que está a tu alrededor crecerá, envejecerá o simplemente se irá, todo de una manera tan veloz que, cuando lo notes, quizá ya hayas desperdiciado gran parte de tu tiempo en otras cosas que creíste que te daría mayor satisfacción.

Y resulta que momentos que parecían tan casuales en un inicio, se convierten en los mejores días en tu memoria. Diría que los recuerdos son lo único que se puede conservar al final, pero es más una afirmación a medias, puesto que la memoria también es susceptible al tiempo y los recuerdos se van perdiendo poco a poco. 

Y ahora comprendo por qué una fotografía, un álbum, o un video puede ser tan importante para alguien mayor. Parte de la memoria vuelve a regresar a su lugar tras ver evidencia de ello. Algunos dirán que hacer eso es mirar hacia atrás, yo pienso que es más bien como leer un libro... el libro de tu vida.

Mundo paralelo

En un mundo paralelo...

Estás donde siempre quisiste estar. Te acompaña la mujer (u hombre) que tanto deseaste tener, y disfrutas de una buena copa de vino (o tal vez un café) mientras lees estas líneas de un escritor de prestigio internacional. Te consideras el hombre (o mujer) más afortunado de la tierra por el privilegio de tener una vida fácil y placentera. Pero, tras esa afable sonrisa tuya que muchos admiran, se esconde una franqueza sutil y surrealista, esa honestidad que nadie más que tú reconoces y que solo en ciertos momentos llegas a murmurar. Sientes que hay algo dentro de ti que no está satisfecho, no importa los caprichos que satisfagas o lo lejos que llegues. Y a pesar de buscar en mil sitios la respuesta sin ningún resultado, ignoras por completo que, en un mundo paralelo, hay otro como tú que no solo lo ha encontrado sino que lo ha resuelto, y lo admiras tal y como lo hiciste tú por el otro, cuando comenzaste a imaginar cómo sería tu vida de haber tenido lo que siempre quisiste tener.